Con el paso de los años, el mundo del modelismo ha evolucionado de manera sorprendente. Nuevas marcas, técnicas y productos han aparecido para facilitarle la vida a los aficionados, ofreciéndonos una paleta casi infinita de opciones para pintar nuestras maquetas. Sin embargo, entre tantas innovaciones, hay dos tipos de pintura que hoy dominan claramente el panorama: las lacas y las acrílicas.

Pero no siempre fue así. Hubo una época, una era antigua y un tanto oscura, en la que los esmaltes eran la única y absoluta elección de los modelistas. Y sí, yo estuve ahí, Gandalf… ¡hace 3000 años!

Cómo olvidar aquel inconfundible aroma de las Model Master o las Humbrol… un auténtico manjar para los sentidos. Eran tiempos distintos, en los que el olor a disolvente formaba parte del ritual del hobby. Sin embargo, como todo en la vida, las cosas cambian. La afición evolucionó, surgieron nuevas alternativas más limpias, rápidas y versátiles, pero los esmaltes no desaparecieron por completo. Encontraron un pequeño rincón en nuestros talleres, un espacio donde aún reinan en silencio, especialmente cuando se trata de efectos de envejecido: lavados, escurridos (streakings) y filtros.

Los esmaltes y óleos, al ser productos a base de aceite, poseen una cualidad muy apreciada: su prolongado tiempo de secado. Esta característica los convierte en materiales ideales para trabajar efectos, ya que no se aglutinan y fluyen de manera suave sobre las superficies planas de nuestros modelos. No pretendo profundizar ahora en la técnica para aplicarlos, eso podría ser tema para un futuro tutorial. Hoy quiero centrarme en algo más específico, pero igual de importante: ¿cómo diluirlos correctamente y con qué productos alternativos hacerlo?.
Este artículo es una continuación directa del que publiqué la semana pasada sobre cianoacrilatos alternativos. En este caso, hablaremos de sustitutos para los thinners (diluyentes) tradicionales de las marcas más conocidas del hobby. No se trata de desmerecer el mercado especializado, sino de compartir opciones más económicas y accesibles, especialmente para quienes viven lejos de tiendas de modelismo o simplemente buscan ahorrar sin sacrificar calidad.

He probado varias alternativas, y las tres que mencionaré a continuación funcionan de maravilla, tanto en lavados caseros con óleos y esmaltes (como Humbrol o Model Master), como en efectos de marcas comerciales como Ammo o K4 (imagino que con AK los resultados deben ser similares). Incluso las he usado para aerografiar esmaltes, y el rendimiento ha sido excelente.

Aguarrás y bencina blanca
La opción más económica y fácil de conseguir. Se encuentran en cualquier ferretería, con precios que oscilan entre 1,5 y 3 dólares por litro. Ambas funcionan muy bien, aunque la bencina blanca ofrece resultados ligeramente superiores.
No obstante, presentan dos desventajas importantes: son altamente volátiles, lo que satura el aire rápidamente y reduce el tiempo de trabajo, y además pueden ser algo agresivas, llegando a levantar la pintura base si no está bien imprimada.

Combustible para encendedores tipo Zippo
Una alternativa sorprendentemente práctica. Su precio ronda los 6 dólares por 120 ml, y se consigue fácilmente en tabaquerías o supermercados con sección de fumadores. No es tan volátil como la bencina blanca o el aguarrás, permite un tiempo de trabajo más cómodo y su aroma es mucho más tolerable.
El envase, con su dosificador incorporado, es sumamente práctico. Sin embargo, puede resultar algo fuerte y, en algunos casos, tender a remover el acrílico con más facilidad que los diluyentes de ferretería. Personalmente, prefiero reservarlo para recargar mis encendedores, aunque reconozco que funciona muy bien.

Disolventes para óleos: trementina y disolvente sin olor
Mi opción favorita, sin duda. Su precio ronda los 6 dólares por 200 ml, y aunque el “sin olor” no es realmente inodoro, su aroma es mucho más suave que el de la trementina tradicional. De todas las alternativas, estos disolventes son los que más tiempo tardan en evaporarse, lo que permite trabajar con calma y obtener resultados más controlados.
Además, son menos agresivos y reducen el riesgo de dañar la base acrílica. La presentación suele ser cómoda, aunque el dispensador podría ser mejor (pero algo es algo).

Reflexión final
El modelismo, más allá de técnicas y productos, es una experiencia de descubrimiento constante. Experimentar con materiales, probar alternativas y adaptar lo que tenemos a nuestro alcance es parte de la esencia del hobby. No siempre necesitamos los productos más caros o especializados; a veces, basta con mirar alrededor y encontrar soluciones prácticas y efectivas.
Así que, si todavía tiene por ahí un viejo frasco de esmalte o un set de óleos, no los descarte. Deles una nueva vida con alguno de estos diluyentes alternativos y verá que, con un poco de paciencia y curiosidad, esos materiales “de otra época” siguen siendo tan válidos como el primer día.
Porque, al final de la jornada día, el modelismo no solo se trata de pintar piezas… sino de revivir historias, aromas y momentos que, como los esmaltes, nunca pasan de moda.

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